Es tiempo de
cambiar lo que sabemos que está mal pero tenemos miedo de cambiarlo; porque
creemos que es más fuerte que nosotros mismos y porque si lo dejamos no perderemos la parte más importante y quizás la más fiel, ese deseo
que no nos deja y el pecado que no nos abandona, tenemos miedo de renunciar a
lo malo porque parecer ser lo único que nos hace sentir bien, parece no
importar las veces que nos haga caer; siempre y cuanto caigamos por esa razón.
Hay que aceptar que en más de una ocasión tuvimos
la oportunidad de cambiar y no lo hicimos por temor a quedarnos solos, sin
importar el dolor o la muerte seguimos recurriendo a lo mismo en el momento de desesperación,
en el momento de frustración, en el momento de soledad.
Ya no nos importa lo mucho que nos
lastimamos o lo mucho que lastimamos a los demás…
¿Qué está pasando? ¿En qué momento la
prioridad tomo un orden distinto? Llego el momento de cambiar lo “bueno" por lo
CORRECTO; de dejar de mirar a los montes y empezar a mirar AL CIELO; de empezar
a buscar a Dios justo ahora que podemos encontrarlo, llego la hora de tomar la decisión
que nadie más toma, llego la hora de ser valiente.
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